lunes, 17 de septiembre de 2012

¿Medimos lo que Debemos? Una Duda a los Ojos de la Fórmula 1

Fig. 1: Puntos acumulados por piloto
La actual "crisis" del Soccer mexicano ha volteado la atención de este servidor suyo a otros deportes que tenía algo descuidados; y gracias a nuestro orgulloso representante en la Fórmula 1, el tapatío Sergio Pérez, las mañanas de los domingos han llenado a satisfacción el hueco dejado por la muy pobre nueva Liga MX. La ingeniería es mi pasión, y ni los más de 300 kilómetros por hora alcanzados por estás máquinas (aunque usen DRS en las rectas), escapan al análisis técnico de un curioso en esparcimiento. 

Al grano pues, la tabla de la derecha muestra los puntos acumulados por el piloto Fernando Alonso apenas un par de carreras más allá de la mitad del torneo del año 2012. Al terminar la carrera de Monza, en Italia, Fernando Alonso mantiene el liderato en este torneo con 179 puntos, seguido del inglés Lewis Hamilton a una distancia de 37 puntos, casi empatado con el tercer lugar, Kimi Raikkonen. 

Hasta aquí, estimado lector, posiblemente no le he dicho mucho que no sepa usted ya. Mi interés, como divulgador amateur del pensamiento estadístico, es hacerle notar algo que resulta muy curioso. Vemos la ventaja casi cómoda que mantiene el piloto español sobre los tres competidores que le siguen en la tabla de puntos individuales; sin embargo resulta interesante echar un vistazo a la tabla de puntos por equipo que se presenta abajo de este párrafo. 

Fig. 2: Puntos acumulados por equipo.
Como usted sabe, en la Fórmula 1 se compite no solo de forma individual, sino que existe también una competencia por equipos. Lo primero que muchos pensarían es que Ferrari, el equipo al que pertenece el piloto puntero, seguramente estaría en los primeros lugares en la competencia por equipos, no solo en la competencia individual. Al ver la tabla, observamos que el equipo Ferrari ostenta no el primero ni el segundo puesto, sino un medianamente lejano tercer puesto; muy a pesar del claro primer lugar que uno de sus dos pilotos mantiene en la carrera individual. 

Si usted, como yo, es un apasionado del pensamiento estadístico, habrá notado la clara explicación a este hecho: la variación. El equipo Red Bull, aquel que aventaja en primer lugar al resto de los constructores en competencia, resulta ser un equipo más estable en sus resultados. Esto es, Sebastian Vettel y Mark Webber, los pilotos que representan a este constructor, tienen resultados muy similares y estables entre sí al mantenerse juntos en la tabla de puntos individuales en 4o. y 5o. lugar respectivamente. Por otro lado, la scuderia Ferrari tiene a Fernando Alonso y a Felipe Massa en los puestos 1o. y 10mo; a una distancia de 9 puestos entre ellos.  Ahora bien, si medimos no solo sus posiciones en la tabla, sino los puntos acumulados, se hace más evidente el problema: la diferencia de puntos entre Vettel y Webber es de solo 8 unidades, mientras que los representantes del Cavallino Rampante se separan por 132 unidades. 

¿Estamos el el mismo canal, mi querido lector? Queda claro que si Ferrari busca el liderazgo de los equipos constructores, su clara estrategia deberá estar orientada en lograr mayor estabilidad en los resultados de sus dos pilotos. Es precisamente la variación en entre estos dos lo que separa al equipo italiano del primer puesto, no importa la magnitud del esfuerzo de Alonso (ni siquiera si éste queda en primer lugar en el torneo individual). ¿Qué mejor representante del efecto de la variablidad en los equipos?. 

Estimado lector, ahora le pido que cambie su pensamiento de las carreras, a la competencia en la que vive su negocio. ¿Es su empresa un equipo? Reflexione si en su empresa existen este tipo de "variaciones". Es más, me atrevo a decir que en muchas de sus empresas no solo existe la variación, sino que la premian a través de mecanismos como "el empleado del mes" o "el mejor promedio de la escuela". ¿Está midiendo lo que en verdad quiere medir? ¿No será que solo está premiando a los "Alonsos" de sus equipos?, ¿No será que la atención hay que ponerla en los "Massa" pero su sistema de medición y retribución lo hace invisible ante el destellante brillo de aquel único afortunado que se distinguió de todos los demás?. Mi trabajo es hacer las preguntas solamente; si usted lo desea, puede buscar respuestas. 

Que Dios le bendiga, mi querido lector.